Durante el mes pasado, los precios de los combustibles aumentaron en promedio alrededor del 6,5%,
mostrando una desaceleración en comparación con los incrementos observados en meses anteriores y
disminuyendo en términos reales debido al rápido cambio de los precios locales.
Aunque los precios de los combustibles en las estaciones de servicio se recuperaron en términos reales
desde los mínimos alcanzados en octubre pasado, aún se mantienen en niveles promedio desde
principios de la década pasada, aunque por debajo de los máximos alcanzados entre mediados de 2011
y 2015, así como en el primer semestre de 2019.
Este proceso, en el contexto de la actualización de los impuestos sobre los combustibles líquidos y el
dióxido de carbono, ha dificultado alcanzar el precio de exportación para el crudo local, especialmente
con el precio del Brent por encima de los US$ 80 / bbl.
Según el análisis de la consultora Economía & Energía (E&E), el aumento del precio de la nafta ha
llevado a una disminución en el poder adquisitivo de los salarios.
En diciembre de 2023, el salario promedio permitía comprar 735 litros de nafta, la cifra más baja desde
principios de la década pasada.
Las empresas petroleras consideran que el precio de la nafta debería estar alrededor de U$S 1,20 por
litro, lo que sugiere que aún podrían haber más aumentos para igualar los precios de importación.
Desde la asunción de Javier Milei, los precios de los combustibles han aumentado un 100%, distribuido
en cuatro incrementos del 38%, 27%, 6,5% y 7,5%. Este aumento tan marcado en un corto período se
debe principalmente al aumento del tipo de cambio y del precio del barril de petróleo.
En cuanto a la demanda, según la consultora dirigida por Arceo, en enero de 2024 la demanda de
gasolina disminuyó un 6,1% interanualmente.
Esta disminución se centró en la gasolina de mayor octanaje, a pesar de la reducción de la brecha de
precios con la gasolina de menor octanaje. La demanda de esta última aumentó un 0,2% interanual en
el mismo período.
En términos interanuales, el consumo de nafta en enero de 2024 disminuyó en todas las provincias,
excepto en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde aumentó un 10%.
En cuanto al diesel, las ventas disminuyeron un 3% interanualmente en enero de 2024. La mayor parte
de esta disminución se concentró en el diesel de mayor calidad, que experimentó una caída del 9% y
explicó el 80% de la disminución total de las ventas de diesel en enero de 2024.
Esta disminución se debe a la reducción de las ventas al público y al transporte de carga, mientras que
aumentó la demanda del sector agropecuario y otros sectores (industria, bunkers y usinas).
La disminución de la demanda se registró en la mayoría de las provincias, con la excepción de la
provincia de Neuquén.