Un reporte de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro Exportador de Cereales (CEC) reveló que en enero se incrementó significativamente la liquidación proveniente del campo.

En concreto, las compañías del ámbito agroexportador liquidaron alrededor de USD 1.245 millones durante el primer mes del año, reflejando un aumento interanual del 64% y un crecimiento del 22% en comparación con el mes anterior.

Estas entidades, que en conjunto representan el 48% de las exportaciones argentinas, explicaron que el ingreso de divisas en enero se debe “al nuevo régimen de dólar agro y a los movimientos macroeconómicos del nuevo gobierno, que influyen en las decisiones de venta de la oferta de granos”.

Además, señalaron que el ingreso mensual de divisas, convertidas a pesos, es esencial para seguir adquiriendo granos de los productores al “mejor precio posible”.

Según el informe, la liquidación de divisas está estrechamente ligada a la compra de granos que posteriormente serán exportados, ya sea en su forma original o como productos procesados después de una transformación industrial. La mayoría de los ingresos de divisas en este sector se producen con bastante antelación a la exportación, anticipación que oscila alrededor de los 30 días en el caso de la exportación de granos y puede llegar hasta los 90 días en el caso de la exportación de aceites y harinas proteicas.

El reporte también destacó que el principal producto de exportación del país es la harina de soja, que representa el 14,2% del total; seguido por el maíz, con un 11%, y el aceite de soja, con un 6,9%.

Por último, el documento aclaró que las comparaciones estadísticas entre diferentes períodos son “generalmente imprecisas o inexactas” debido a que la liquidación de divisas está fuertemente influenciada por el ciclo comercial de los granos, el cual está sujeto a diversos y cambiantes factores externos, como fluctuaciones internacionales de precios, cambios en la oferta, variaciones en el volumen y valor proteico de las cosechas, condiciones climáticas, días feriados, medidas de fuerza sindicales, modificaciones regulatorias, barreras arancelarias y para arancelarias en el exterior, así como exigencias fitosanitarias o de calidad de otros países, entre otros ejemplos.