Petrobras recortó sus polémicos dividendos en respuesta a la disminución de las ganancias y a una nueva política más conservadora para los pagos a los accionistas.

Concretamente, la junta de productores, con sede en Río de Janeiro, aprobó el pago de dividendos por 15.000 millones de reales (USD 3.000 millones), un monto considerablemente menor en comparación con los 24.700 millones de reales del primer trimestre. La rebaja marca el dividendo más bajo desde que la empresa comenzó a realizar pagos trimestrales a principios de 2022.

Además de recortar los dividendos, Petrobras tiene previsto recomprar hasta 157,8 millones de acciones preferentes durante los próximos 12 meses, con un valor estimado de 4.900 millones de reales a los precios actuales.

A su vez, la compañía brasileña estableció un nuevo límite del 45% del flujo de caja libre para los dividendos, lo cual fue bien recibido por muchos inversores que temían recortes aún mayores bajo la nueva dirección. Ahora se compromete a pagar al menos USD 4.000 millones al año, a menos que su deuda total supere los límites establecidos en su plan de negocios.

Los analistas consideran que estas nuevas pautas alinean a Petrobras con sus competidores internacionales en la industria. A pesar de estos cambios, el desafío para la empresa será equilibrar las expectativas de los accionistas con la necesidad de invertir en iniciativas de transición energética y desarrollo de infraestructura.