El plan austral

Corría el año 1980 en Argentina. La Junta militar al mando y la situación política, económica y social que mostraba sus signos de debilitamiento. El gobierno anticonstitucional de Videla, Viola y Galtieri no sólo había ocasionado distorsiones y tensiones sociales, sino que la deuda externa argentina continuaba en aumento: a fines de 1981, la deuda externa pública ya se había incrementado a USD 20.024 millones.

Sin signos de que esta tendencia se vaya a modificar, en 1982 nos enfrentamos a un conflicto bélico – la Guerra de las Malvinas – que significó mayor gasto público y mayor deuda externa. 

Con este escenario se da el retorno a la democracia, en 1983 con Raúl Alfonsín a la cabeza y Bernardo Grinspun en el ministerio de economía. 

Las tensiones sociales iban en aumento; con un salario real que disminuía cada vez más, producto de la inflación que no paraba de crecer. Por el lado de la deuda externa, la salida de capitales se acentuaba.

Implementación

El 14 de junio de 1985 se lanza lo que se conoce como Plan Austral, un plan de estabilización destinado a terminar con la hiperinflación que superaba el 50% mensual en Argentina.

Tabla 1. Promedio interanual de inflación en Argentina (1975-1987)

El Plan Austral anunciado y llevado a cabo por Juan Sourrouille (en febrero de 1985 fue designado ministro de Economía por el presidente Alfonsín, reemplazando a Grinspun) buscó actuar directamente sobre los costos y los precios y desacelerar simultáneamente la demanda agregada y las expectativas a través de medidas fiscales, monetarias y de políticas de ingresos. 

Las medidas se pueden dividir en tres grupos separados: 

1. Congelamiento general de los principales precios relativos: precios, salarios, tarifas públicas y tipo de cambio. Antes del anuncio del plan, el gobierno había incrementado los salarios un 22,6%; así como había aplicado un aumento del 12% en el precio de la gasolina y una devaluación del 18%. 
2. Disminución del déficit fiscal mediante la suspensión del Banco Central al otorgamiento de crédito al Tesoro. Se disminuyeron a su vez, los gastos de defensa y seguridad. 
3. Se modificó la denominación de la moneda: 1 austral por cada $1000. Se introdujo una “escala de conversión” entre australes y pesos que implicaba una depreciación diaria del peso con respecto al austral del 29% mensual para los siguientes 45 días. La tasa de conversión funcionaba como un tipo de cambio reptante entre las dos monedas. 

Estas medidas se utilizaron para atacar la inercia inflacionaria. El congelamiento se anunció como un sistema transitorio, aunque sin fecha pre fijada de finalización. Estas fue una de las principales críticas al Plan: no se fijó un horizonte temporal para que la población pudiera tener certidumbre a largo plazo.

En marzo de 1986 se realizó el primer service del Plan. Los precios claves de la economía se modificaron para “evitar la erosión de los salarios reales, la aparición de desequilibrios y la pérdida de competitividad de las exportaciones argentinas”. Esta etapa se considera como el fin de la congelación y la reindización de la economía. 

Hacia septiembre de 1986 el déficit fiscal ya estaba en aumento y había un cambio notable en la política monetaria con respecto a la etapa anterior. Finalmente, en febrero de 1987 se produce un “congelamiento desesperado”. Se provocó un nuevo congelamiento de salarios y precios, sumado a una mini devaluación moderada.

Ya para 1987 la inflación volvía a aumentar. El principal problema radicaba en intentar eliminar el fenómeno sin emprender reformas estructurales. El camino de los precios en ascenso parecía no tener fin para principios de 1988 y marcaba el fin, de un programa que, evitó la hiperinflación, pero no eliminó la inflación de raíz. 

Lic. Agustina Huespe

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