El anuncio que sacudió al mercado
El secretario del Tesoro norteamericano, Scott Bessent, reveló que una porción del acuerdo de swap entre Washington y Buenos Aires ya se puso en marcha. En una entrevista televisiva con MSNBC, explicó: “Se empleó una pequeña cantidad de la línea crediticia, y obtuvimos ganancias con ello.”
Con esas palabras, el funcionario confirmó oficialmente que Estados Unidos ya prestó parte de los fondos acordados al Banco Central de la República Argentina (BCRA). La línea total asciende a US$ 20.000 millones, un monto destinado a sostener la estabilidad cambiaria y reforzar las reservas del país.
El Tesoro estadounidense señaló que utilizó su balance “para estabilizar la economía argentina”, una declaración que no solo tiene peso financiero sino también geopolítico, en un momento en el que Washington busca reforzar su presencia económica en América Latina.
Qué es un swap de divisas y por qué importa
Un swap es un acuerdo entre bancos centrales que permite intercambiar divisas de manera temporal.
En este caso, el BCRA recibe dólares del Tesoro de Estados Unidos a cambio de pesos argentinos, con el compromiso de devolverlos más adelante bajo condiciones pactadas.
Este mecanismo no implica una donación ni un préstamo tradicional: es una herramienta de liquidez, diseñada para enfrentar tensiones cambiarias.
China mantiene un acuerdo similar con Argentina desde 2014, pero el de EE.UU. representa un nuevo canal de respaldo occidental, algo inédito en la relación bilateral reciente.
Qué busca Argentina con esta operación
El Gobierno argentino atraviesa meses de alta volatilidad cambiaria.
A pesar del superávit comercial y la liquidación del sector agroexportador, las reservas netas del BCRA seguían en niveles mínimos.
Con la activación del swap, el país logra sumar dólares frescos sin endeudarse directamente en los mercados internacionales.
Según estimaciones privadas, ya se habría utilizado entre US$ 2.500
y US$ 2.700 millones del total disponible.
Este movimiento, aunque limitado, da oxígeno financiero para atender pagos de deuda con el FMI y controlar los dólares financieros.
El swap también tiene un objetivo simbólico: mostrar respaldo externo al nuevo gobierno argentino, en un momento clave de transición económica y reestructuración de políticas.
Claves políticas y geoestratégicas
El acuerdo se interpreta como una jugada doble de Washington:
- Apoyar la estabilidad económica de Argentina, un socio relevante en Sudamérica.
- Contrapesar la influencia de China, que desde hace años se convirtió en uno de los principales acreedores del país.
Para EE.UU., el swap no solo implica rentabilidad financiera —el Tesoro confirmó haber obtenido ganancias—, sino también una herramienta diplomática de peso.
Para Argentina, en cambio, es una válvula de alivio momentáneo, pero también un recordatorio de su fragilidad externa.
Efectos en los mercados financieros
La noticia generó reacciones inmediatas en el ámbito financiero:
- Bonos soberanos: repuntaron levemente por la expectativa de mayor respaldo en dólares.
- Acciones argentinas: mostraron subas moderadas en Wall Street, en línea con un clima de menor riesgo país.
- CEDEARs: algunos retrocedieron por la caída del dólar financiero, que se moderó tras conocerse la activación del swap.
- Reservas internacionales: el refuerzo mejora temporalmente la posición del BCRA y reduce la presión sobre el tipo de cambio.
Sin embargo, los analistas advierten que el efecto será transitorio si no se acompaña con una política fiscal y monetaria más sólida.
Costos y condiciones del acuerdo
Aunque no se publicaron los términos exactos, el Tesoro estadounidense dejó entrever que recibe un retorno positivo por el uso del swap.
Esto implica que Argentina deberá reembolsar los fondos con intereses o compensaciones cambiarias, bajo supervisión técnica y plazos concretos.
El instrumento no figura como préstamo directo, pero en la práctica funciona como una línea contingente de crédito.
Por eso, si el país no logra recomponer reservas o estabilizar su moneda, podría verse obligado a renegociar condiciones o extender los plazos de devolución.
Qué significa para vos y tu portafolio
Desde una mirada inversora, este evento deja varios puntos para tener en cuenta:
- Menor riesgo cambiario en el corto plazo
El BCRA puede intervenir con más fuerza en el mercado, conteniendo saltos abruptos del dólar financiero. - Potencial recuperación de bonos y activos locales
Si el swap genera confianza, podría favorecer los precios de la deuda soberana y reducir spreads. - Efecto psicológico positivo
La confirmación de apoyo externo mejora la percepción de estabilidad, incluso entre inversores extranjeros. - Riesgo de reversión si no hay reformas
Sin un plan económico de fondo, el efecto se disipa rápido y el tipo de cambio vuelve a tensionarse.
Un nuevo tablero global
El swap con EE.UU. marca un punto de inflexión en la política exterior argentina. Durante años, Beijing fue el único gran respaldo financiero no multilateral del país.
Ahora, con Washington en escena, se abre una competencia por influencia económica, con implicancias más allá del corto plazo.
Para los mercados, esto puede interpretarse como una señal de mayor alineamiento con Occidente, lo que podría mejorar el acceso futuro a capitales y financiamiento internacional.
Conclusión: alivio temporal, desafío permanente
El swap con Estados Unidos le da aire al Banco Central, pero no resuelve las causas de fondo de la crisis argentina.
El país gana tiempo, pero la clave estará en cómo lo use:
- Si aprovecha para ordenar la macroeconomía, puede abrir una etapa de recuperación genuina.
Si lo desperdicia, volverá a enfrentar escasez de divisas y tensiones cambiarias en pocos meses.





