Celulosa Argentina, una de las principales productoras de papel y pulpa en el país, ha enfrentado recientemente desafíos financieros significativos. En abril de 2025, la empresa incumplió el pago del Servicio de Renta N° 5 correspondiente a las Obligaciones Negociables Clase 10, lo que constituyó un default técnico y llevó a la calificadora Fitch Ratings a rebajar su calificación crediticia.
Como respuesta a esta situación, Celulosa Argentina contrató a la firma Valo Columbus, especializada en banca de inversión, para explorar alternativas de reestructuración de su deuda y evaluar la posible incorporación de nuevos socios estratégicos. En este contexto, la empresa convocó a sus acreedores financieros a una reunión el 8 de abril de 2025, con el objetivo de abrir canales de diálogo que permitan evitar una profundización de la crisis.
Además, en junio de 2024, la compañía decidió cerrar uno de sus aserraderos ubicado en la provincia de Corrientes, donde trabajaban alrededor de 70 personas. Esta medida se enmarcó en un proceso de reestructuración de operaciones, buscando eliminar actividades consideradas ineficientes para el negocio.
En cuanto al desempeño financiero, para el período de nueve meses finalizado el 29 de febrero de 2024, Celulosa Argentina reportó una ganancia de $62.102 millones, un incremento del 47% en comparación con el mismo período del ejercicio anterior. Sin embargo, este aumento se dio en un contexto de alta inflación y devaluación del peso argentino, factores que han afectado la rentabilidad real de la empresa.
La combinación de estos factores ha influido en la cotización de las acciones de Celulosa Argentina, que han mostrado una tendencia a la baja en los últimos tiempos.
Gráfico de la acción de Celulosa Argentina en CCL.
