En el marco del Día de la Minería, distintas voces del sector aprovecharon la ocasión para recalcar el enorme potencial que posee Argentina en materia de recursos naturales, pero también para advertir sobre el volumen de inversiones necesarias si el país desea convertirse en un verdadero protagonista global en la industria extractiva.
Según proyecciones recientes difundidas por la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM), se estima que serán necesarios más de 33.300 millones de dólares en inversiones para desarrollar plenamente los proyectos en curso y alcanzar una escala competitiva a nivel internacional. Esta cifra surge a partir de un análisis actualizado del panorama minero nacional, presentado durante el lanzamiento oficial de ArMinera 2025, una de las ferias más relevantes del rubro, que se celebrará entre el 20 y el 22 de mayo en el predio de La Rural, en Palermo.
Hoy en día, la cartera de iniciativas mineras en el país comprende 62 proyectos en distintas etapas de desarrollo. Estos se distribuyen entre yacimientos de litio, cobre, oro y plata, minerales con creciente demanda en el mercado global, especialmente en el marco de la transición energética y el avance de la electromovilidad. De concretarse estas iniciativas, se proyecta que las exportaciones mineras argentinas podrían multiplicarse hasta alcanzar los 12.000 millones de dólares anuales hacia el año 2032, con la generación estimada de más de 100.000 nuevos puestos de trabajo directos e indirectos en todo el país.
Durante 2024, las ventas externas del sector alcanzaron los 4.600 millones de dólares, lo que representó un incremento interanual del 15%, consolidando así cuatro años consecutivos de expansión. El oro se mantuvo como el principal producto exportado, representando cerca del 70% del total. En segundo lugar se ubicaron la plata y el litio, estos últimos con una importancia estratégica creciente por su uso en baterías y tecnologías de energía renovable.
Este crecimiento ubica al complejo minero como el sexto generador de divisas del país, con una participación del 5,8% en el total de exportaciones nacionales. Más allá de su peso específico en la balanza comercial, el sector también se ha convertido en un motor de empleo, superando los 100.000 trabajadores entre empleos formales, indirectos y de cadena de valor extendida.
Alejandra Cardona, directora ejecutiva de CAEM, expresó durante el evento que “si bien el porcentaje que representa la minería en las exportaciones totales puede parecer modesto, su impacto es significativo al observar el valor agregado que genera, el empleo de calidad que promueve, y su potencial de crecimiento a mediano y largo plazo”. También resaltó la necesidad de “reglas claras, estabilidad jurídica y un marco tributario competitivo” para atraer capitales que permitan transformar el potencial geológico en desarrollo productivo concreto.
Así como en la última década el país logró consolidar un polo petrolero competitivo gracias al desarrollo de Vaca Muerta, desde la industria minera señalan que Argentina está frente a una oportunidad similar: convertir sus recursos minerales en una fuente estructural de divisas, empleo y desarrollo regional. Pero para ello, remarcan, será imprescindible una fuerte apuesta inversora acompañada de políticas públicas que generen previsibilidad y confianza.