Shell, reconocida como la cuarta compañía petrolera más grande e influyente a nivel global, anunció una ambiciosa hoja de ruta para potenciar la rentabilidad de sus accionistas. A través de un comunicado oficial, la multinacional energética informó que planea incrementar sus ventas de gas natural licuado (GNL) —un segmento clave en su estrategia de crecimiento— a una tasa anual de entre el 4% y el 5% hasta el año 2030. Este recurso se ha consolidado como uno de los pilares fundamentales del negocio de Shell, especialmente en un contexto donde el mundo transita hacia una transición energética más limpia.
El plan contempla una significativa mejora en la devolución de capital a sus inversores, con la posibilidad de distribuir hasta el 50% del flujo de caja operativo generado, principalmente a través de recompras de acciones. Esta medida representa un salto respecto al rango anterior del 30% al 40% y responde al objetivo de generar un mayor valor para los accionistas en un entorno competitivo y cambiante.
Este anuncio representa la primera presentación integral de una estrategia a largo plazo bajo el liderazgo del actual CEO, Wael Sawan, quien asumió el cargo tras años de desafíos estructurales en la industria. Desde su llegada, Sawan ha impulsado una profunda transformación interna orientada a reducir gastos, aumentar la eficiencia operativa y cerrar o reestructurar aquellas unidades de negocio que no aportaban resultados positivos.
“Queremos convertirnos en la empresa integrada líder en el mercado global de gas y GNL”, afirmó Sawan. “Hoy estamos elevando el estándar de nuestros objetivos financieros, enfocándonos en aquellas áreas donde contamos con ventajas competitivas claras, y al mismo tiempo fortaleciendo el retorno para nuestros accionistas”, añadió.
En paralelo, Shell anunció una revisión exhaustiva de su negocio de productos químicos, el cual ha enfrentado márgenes reducidos en los últimos trimestres, y anticipó que evaluará alianzas estratégicas en el mercado estadounidense. También se contemplan posibles ventas de activos o incluso el cierre de algunas instalaciones industriales en Europa, como parte de su plan de optimización de portafolio.
La estrategia busca elevar el flujo de caja libre por acción en al menos un 10% de aquí a finales de la década, consolidando a Shell como una de las compañías mejor posicionadas para capitalizar el crecimiento sostenido de la demanda de GNL, especialmente en Asia y Europa, donde los países buscan diversificar sus fuentes de energía y reducir la dependencia del carbón y el petróleo.
La respuesta del mercado fue inmediata: las acciones de Shell subieron más de un 1% en la Bolsa de Nueva York tras conocerse los anuncios, acumulando así una revalorización de aproximadamente un 16% desde el inicio del año, reflejo del optimismo de los inversores frente a la renovada visión estratégica de la firma.
Shell, que opera en más de 70 países y emplea a más de 90.000 personas, se encuentra en una etapa crucial de redefinición, donde la sostenibilidad, la rentabilidad y la eficiencia se integran como pilares de su futuro.
