En el año 2022, las naciones en desarrollo destinaron cerca de medio billón de dólares al servicio de su deuda externa pública y garantizada públicamente, lo que resultó en la desviación de recursos esenciales destinados a la salud, educación y el medio ambiente. Este hecho, señalado por el Banco Mundial en su más reciente Informe sobre la Deuda Internacional, indica que los pagos relacionados con la deuda, incluyendo tanto el capital como los intereses, aumentaron un 5% en comparación con el año anterior, alcanzando un récord de 443,500 millones de dólares. Este incremento se produjo en medio de la mayor subida de tasas de interés a nivel mundial en las últimas cuatro décadas, y se prevé que los pagos aumenten en un 10% en el periodo 2023-2024, según el banco.

El informe destaca que los países más afectados fueron los 75 países más pobres, cuyos pagos de servicio de deuda pública externa alcanzaron un máximo histórico de 88,900 millones de dólares en 2022, con una proyección de aumento del 40% en el periodo 2023-2024. Los pagos de intereses se han cuadruplicado desde 2012, llegando a los 23,600 millones de dólares, según el informe.

El economista jefe del Banco Mundial, Indermit Gill, advierte que la combinación de niveles récord de deuda y tasas de interés elevadas ha colocado a muchos países en el camino hacia una crisis, especialmente los países en desarrollo. Gill insta a una “acción rápida y coordinada” por parte de los países deudores, los acreedores privados y oficiales, así como las instituciones financieras multilaterales. Destaca la necesidad de mejorar la transparencia, desarrollar herramientas de sostenibilidad de la deuda y agilizar los procesos de reestructuración.

El informe revela que uno de cada cuatro países en desarrollo se ha visto excluido de los mercados internacionales de capitales, y en los últimos tres años se han producido 18 impagos de deuda soberana en 10 países, superando la cifra de las dos últimas décadas combinadas. Los pagos del servicio de la deuda representan una parte cada vez mayor de los ingresos por exportación, poniendo a algunos países al borde de una crisis de deuda. Gill destaca que alrededor del 60% de los países de bajos ingresos ya están endeudados o en riesgo de estarlo.

El informe también señala niveles elevados de deuda interna en países como Argentina y Pakistán, aumentando aún más los riesgos. A pesar de la salida neta de 127,100 millones de dólares de los países de ingresos bajos y medios hacia los tenedores de bonos, el Banco Mundial y otros acreedores multilaterales proporcionaron un récord de 115,000 millones de dólares en nueva financiación para los países en desarrollo en 2022, según el informe.