El presidente electo de Argentina, Javier Milei, asume el cargo en un momento crítico marcado por una serie de desafíos económicos que han afectado profundamente la vida de los argentinos. La congelación de tarifas ha generado una serie de aumentos reprimidos, donde situaciones paradójicas, como el costo de un litro de leche siendo inferior al de un litro de combustible, desafían la lógica económica básica. Los boletos de autobús con un valor inferior al de un tornillo en una ferretería y facturas de electricidad/gas en el AMBA más económicas que cenas para dos en restaurantes, ilustran una distorsión de precios desconcertante.

La política de “Precios Justos” ha contribuido a distorsiones adicionales, con desabastecimiento y discrepancias notables en los precios de productos idénticos. La disparidad de precios entre ubicaciones, donde un producto puede costar el doble según el lugar, y la valoración de productos similares con variaciones mínimas en el peso dos veces más alto que los acuerdos de precios establecidos, reflejan una situación económica complicada.

El presidente Milei hereda un país con un tipo de cambio real rezagado, restricciones cambiarias extremas y una brecha del 195% entre el mercado oficial y el paralelo. Las reservas netas en terreno negativo por -11.000 millones de dólares, importaciones detenidas y una deuda del Banco Central que supera los 50.000 millones de dólares con importadores, plantean desafíos sustanciales en el ámbito financiero.

La bomba de LELIQs agrega otra capa a la complejidad económica, triplicando la base monetaria con una tasa efectiva anual del 253%. La posible levantada de restricciones cambiarias podría resultar en una inundación sin precedentes de pesos, a pesar de la disminución en términos reales.

La deuda del Tesoro, vinculada a la inflación (CER) y la variación del tipo de cambio oficial (dólar vinculado), presenta una dificultad adicional. Esta deuda, en consecuencia, se vuelve prácticamente imposible de reducir en términos reales, planteando un reto significativo para la administración entrante.

Con una inflación actual del 142,7%, donde los alimentos han experimentado un aumento del 153,8%, y índices de pobreza que alcanzan el 40,1% a nivel nacional según el INDEC (Instituto Nacional de Estadística y Censos), y un alarmante 47,0% en el Gran Buenos Aires, el nuevo presidente se enfrenta a una crisis social profunda. Aunque estos problemas se han normalizado en la vida cotidiana, los programas de asistencia y empleo precario han disfrazado, en cierta medida, la magnitud de los desafíos que enfrenta la población.

Javier Milei asume el liderazgo en un escenario desfavorable, con un margen de maniobra sumamente estrecho. La identificación clara de los problemas es el primer paso, pero la implementación de soluciones efectivas será la verdadera prueba de su capacidad para guiar al país hacia la estabilidad económica y social.

Ramiro Goncalves

CEO de RG Inversiones

 @ramirogoncalvesok

www.rginversiones.com