Los títulos públicos argentinos experimentaron un aumento el miércoles, impulsados por un progreso en las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), mientras el país sudamericano enfrenta tensiones políticas internas y una creciente inflación.

La falta parcial de respaldo político a las decisiones recientes del Gobierno para liberalizar la economía genera presión sobre las brechas cambiarias, dado el interés en adquirir dólares como protección en las transacciones comerciales.

Una fuente de la presidencia anunció que Argentina revelará más tarde un acuerdo con el FMI, cuyos detalles se están finalizando junto a una misión del organismo en el marco de un programa crediticio de 44.000 millones de dólares.

La deuda soberana registró un aumento sólido del 2,9% en promedio, y el riesgo país (11EMJ) descendió 95 unidades a 1.987 puntos básicos (2000 GMT), después de alcanzar su punto máximo en siete semanas el martes. En tanto, el índice S&P Merval (IMV) cerró provisionalmente con un avance del 0,93%, un día después de alcanzar el récord de 1.125.924,07 puntos.

Los mercados locales, que inicialmente se elevaron tras la asunción del presidente Javier Milei hace un mes, ahora le están presentando una dosis de realidad, con una corrección selectiva debido a las ganancias, la debilidad del peso e inquietudes de los inversores sobre nuevas emisiones de deuda.

En las primeras cuatro semanas de la presidencia de Milei, el peso se depreció en un 55%, la bolsa aumentó un 14%, los bonos promediaron un incremento del 8%, y las reservas del Banco Central acumularon un saldo positivo de 3.821 millones de dólares.

A pesar de una ligera devaluación oficial del tipo de cambio a 815 unidades USDARS por la intervención del Banco Central, el segmento informal o “blue”, de gran influencia, cayó un 2,6% a su nivel histórico más bajo de 1.150 por cada dólar (ARSB=), con una brecha que se incrementó al 41,1%.

El Gobierno atribuye la reciente caída pronunciada de la moneda a los rumores sobre dificultades en la implementación de un decreto desregulador complejo y las negociaciones de una ley macro en el Congreso.

Milei asumió la presidencia con la promesa de dolarizar la economía, cerrar el Banco Central, eliminar el déficit fiscal y erradicar la inflación que afecta a la tercera economía más grande de América Latina en recesión.