En el día de ayer, los valores del oro experimentaron un aumento del 0,50%, llegando a los USD 2.012 por onza, alcanzando niveles no vistos desde mediados de mayo. De esta manera, presenta un incremento del 10% en lo que va del año.

Entre los principales factores que explican esta tendencia alcista, se destaca la debilidad del dólar y las expectativas de que la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed) ponga fin al ciclo de aumento de tasas de interés. Además, también influye un aspecto psicológico al romper ciertos niveles de cotización al alza.

Craig Erlam, analista sénior de mercados en OANDA, explicó: “El oro está experimentando un fuerte crecimiento y la razón real es que finalmente superó los USD 2.000 de manera significativa”. Describió este movimiento como “puramente técnico”, impulsado por los datos de inflación estadounidense y los informes laborales de la semana pasada.

En la actualidad, el oro se negocia muy por encima de sus promedios móviles de 50, 100 y 200 días, estando a tan solo unos USD 60 del máximo histórico registrado en 2020. En este contexto, los inversores están atentos a los datos del producto interno bruto del tercer trimestre y al índice de precios de gastos de consumo personal.

Kyle Rodda, estratega en Capital.com, comentó: “Las cifras económicas que se darán a conocer en Estados Unidos esta semana, tanto en el crecimiento como en la inflación, determinarán si el oro se mantiene por encima de los USD 2.000 por onza”.

Mirando hacia el futuro, la reciente desaceleración de la inflación en Estados Unidos ha generado la perspectiva de que la Fed pueda flexibilizar las condiciones monetarias antes de lo inicialmente previsto. Se espera ampliamente que el organismo mantenga las tasas en diciembre, y se estima que hay aproximadamente un 60% de probabilidad de una reducción en mayo del próximo año, según la herramienta FedWatch de CME.

Una eventual disminución de las tasas de interés reduciría el costo de oportunidad asociado con la retención de activos que no generan ingresos, lo que suele impulsar al alza los precios del oro.