Hoy en día es muy común encontrarnos con publicidades que nos indiquen que al tomar un préstamo estamos tomando una oportunidad o en otras palabras “no dejemos pasar el tren”, el momento es HOY.

Por eso, te vamos a dejar 5 consejos para que tengas en cuenta a la hora de tomar un préstamo, sea a través de un banco, financiera o de tarjeta de crédito.

1. Tener presente el CFT y compararlo con otras opciones de préstamos: la tasa de interés que cobran los bancos es sólo uno de los componentes para llegar al costo total. Luego hay que sumar los gastos administrativos, comisiones de otorgamiento y seguros varios. Así se llegará al CFT, que es una medida mucho más certera de cuánto habrá que pagar por un crédito. Además, permite comparar más fácil, entre las propuestas de los distintos bancos. Las entidades están obligadas a informarlo. Así que cada vez que analiza tomar un crédito es fundamental revisar ese dato, ya que finalmente el CFT inflará varios puntos porcentuales el costo de ese crédito.
2. Pensá dos veces a la hora de tomar un crédito, ¿Realmente lo necesitas?: Quedar atados a un crédito extenso, cuando realmente no lo precisamos, nos obligará a pagar más intereses durante mucho más tiempo. Ese dinero podría haberlo utilizado para otros consumos, en vez de “regalárselo” al banco. Si pensas, por ejemplo, que un año es suficiente para la devolución del crédito, no te extiendas innecesariamente.
3. Siempre se puede precancelar, pero no es barato: todos los préstamos personales ofrecen opción de salida, es decir, la posibilidad de cancelarlo antes del vencimiento. El problema es que resulta muy caro. El costo puede llegar al 6% del capital adeudado o incluso superar ese nivel. Además de ser muy oneroso, el problema adicional es que el préstamo se cancela de acuerdo con el sistema de amortización francés, es decir que primero se pagan casi todos los intereses y muy poco de capital. De esta forma, si pasaron seis meses y se opta por precancelar, prácticamente no se habrá devuelto nada del capital y el costo resultará muy superior.
4. No siempre es mejor sacar un crédito personal que refinanciar la tarjeta: uno de los usos más frecuentes de los préstamos personales es utilizarlo para pagar la tarjeta a fin de mes. Es un comportamiento lógico, teniendo en cuenta que el costo de refinanciar el resumen cuando no se llegó a pagar todo, es siempre mucho más costoso que una línea crediticia tradicional. Sin embargo, no siempre es la mejor solución. Es mejor asumir un costo adicional, por un mes o dos que endeudarse a dos o tres años.
5. No uses los créditos personales para cualquier cosa: tené en cuenta que es una opción más cara que otros financiamientos, ya que no existen garantías reales. Conviene tener claro cuál será el destino de los fondos y si hay otras opciones en el mercado que permitan acceder a un financiamiento diferente y, sobre todo, más barato.