En un contexto donde la atracción de inversiones es clave para dinamizar la economía y potenciar sectores estratégicos, el proyecto minero Vicuña emerge como una de las apuestas más ambiciosas del país. Se trata de un conglomerado de desarrollos en la zona cordillerana de la provincia de San Juan, que podría convertirse en la inversión extranjera directa más grande en la historia de Argentina, con una proyección que ronda los USD 15.000 a 17.000 millones.

Este emprendimiento —resultado de la integración de los yacimientos Josemaría (operado por Lundin Mining) y Filo del Sol (desarrollado por BHP)— fue presentado oficialmente durante el evento Argentina Cobre 2025, donde su CEO, José Morea, compartió detalles de la escala y el potencial del proyecto, que no solo se posicionaría como un referente en el mapa minero mundial, sino también como un caso testigo de transformación estructural para la matriz productiva argentina.

Una inversión sin precedentes

Los números hablan por sí solos. El proyecto, que será presentado en los próximos meses al Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones (RIGI), podría representar un monto superior a la suma total de todos los proyectos que ya han sido registrados bajo ese marco legal. Si se concreta, Vicuña no solo rompería récords locales, sino que también se consolidaría como una de las inversiones más importantes en la región.

Según Morea, esta iniciativa está pensada para operar con estándares internacionales en materia de eficiencia, responsabilidad ambiental y desarrollo territorial. La estimación de inversión es tan significativa que, en palabras del propio CEO, “este proyecto podría ser más grande que todos los proyectos actuales del RIGI juntos”.

¿Qué convierte a Vicuña en un proyecto clave?

Vicuña no es solo una gran inversión: es una oportunidad de desarrollo regional con impacto global. Sus características lo convierten en una mina de clase mundial:

• Composición multimetálica: en sus yacimientos se encuentran grandes concentraciones de cobre, oro y plata, todos minerales estratégicos para la transición energética global.
• Ubicación privilegiada: se encuentra en plena cordillera, en una región con tradición minera, infraestructura básica desarrollada y acceso a servicios estratégicos como energía.
• Proyección a largo plazo: se espera que el proyecto tenga una vida útil de varias décadas, con un impacto sostenido en el empleo, las exportaciones y los ingresos fiscales.

Además, el descubrimiento de Filo del Sol ha sido considerado uno de los hallazgos más relevantes de los últimos 30 años en minería, lo que refuerza la expectativa internacional sobre el futuro de esta región.

Obstáculos y desafíos por delante

Si bien el potencial es enorme, Vicuña aún debe superar una serie de etapas clave antes de avanzar a su fase de ejecución. En primer lugar, la empresa está trabajando en la actualización del estudio técnico-económico y en una nueva presentación del Informe de Impacto Ambiental, dos requisitos fundamentales para acceder al RIGI y cumplir con la normativa vigente.

Morea anticipó que la presentación formal al régimen podría realizarse a finales de este año o principios de 2026, una vez que todos los elementos técnicos estén debidamente consolidados. Mientras tanto, se está en diálogo con autoridades nacionales y provinciales para garantizar que la infraestructura acompañe el crecimiento esperado: rutas, energía, agua y comunicaciones serán claves.

El debate sobre proveedores locales

Uno de los puntos que más atención generó durante la presentación del proyecto fue la postura de Vicuña respecto a la contratación de proveedores locales. El CEO del proyecto fue claro: no es conveniente establecer por ley un cupo obligatorio de contratación local, ya que eso podría afectar la competitividad y transparencia de los procesos licitatorios.

En cambio, propuso mantener un esquema abierto donde los proveedores argentinos puedan competir por calidad y precio, y no por imposición legal. Según Morea, San Juan ha logrado construir una reputación internacional por su seguridad jurídica y su enfoque abierto al desarrollo minero, y este tipo de restricciones podría poner en riesgo ese capital institucional.

Perspectivas para el mediano plazo

Si todo avanza según lo previsto, el año 2026 será clave para la consolidación de Vicuña como proyecto insignia del nuevo ciclo minero argentino. Se espera que para entonces se formalice la entrada al RIGI, se obtengan los permisos ambientales y se definan los acuerdos necesarios con el Gobierno para asegurar un marco operativo estable.

El impacto proyectado es contundente: miles de puestos de trabajo directos e indirectos, fuerte ingreso de divisas por exportaciones, dinamismo para las economías regionales y una nueva fuente de financiamiento para el Estado. En un país históricamente afectado por la restricción externa, un proyecto de esta magnitud puede ser un verdadero game changer.

¿Una nueva era para la minería argentina?

Vicuña tiene todos los ingredientes para convertirse en un proyecto bisagra. Por volumen, impacto, escala y contexto internacional favorable (con precios altos del cobre y fuerte demanda global), Argentina podría estar frente a una oportunidad única para capitalizar su riqueza geológica.

Sin embargo, el éxito dependerá de varios factores: gestión eficiente, respeto por las comunidades, diálogo público-privado, estabilidad normativa y acceso a infraestructura adecuada. Si estos elementos se alinean, Vicuña no solo será la inversión más grande de la historia, sino también el puntapié inicial de una nueva etapa para la minería argentina.