Nike, la compañía de ropa deportiva más grande e importante del mundo, dio a conocer los resultados financieros del cuarto trimestre fiscal de 2023, terminado el pasado 31 de mayo.

En primer lugar, la empresa registró ingresos por USD 12.825 millones, lo que se traduce en una mejora interanual del 5% y en un “efecto sorpresa positivo” del 2% frente a las estimaciones de Wall Street.

Del total, la mayor parte (USD 5.355 millones) proviene de América del Norte. Y dentro de este grupo, se destaca el segmento de calzado (USD 3.807 millones). En Europa, Oriente Medio y África, las ventas cerraron en USD 3.350 millones.

Sin embargo, el beneficio neto trimestral fue de USD 1.031 millones, marcando una caída del 28% en comparación con el mismo periodo del año anterior. De esta forma, la ganancia por acción fue de USD 0,66, cuando el consenso era de USD 0,70.

“Nuestra inversión en innovación y nuestro liderazgo digital están impulsando un crecimiento generalizado en nuestro portafolio de marcas, a medida que creamos valor al servir al futuro del deporte”, comentó John Donahoe, presidente y director ejecutivo de Nike.

Por su parte, Matthew Friend, vicepresidente ejecutivo y director financiero, expresó: “Terminamos el año con un crecimiento de ingresos de un dígito medio en moneda neutral y un mercado saludable, sentando las bases para un crecimiento sostenible y rentable en el año fiscal 2024 y más allá”.

Tras los anuncios, las acciones de Nike cayeron un 2,5% en Wall Street. Así, acumulan una baja de más del 6% en lo que va del año.

Para invertir en Nike desde Argentina, solo basta con abrir una cuenta comitente en una sociedad de bolsa regulada por la Comisión Nacional de Valores, proceso gratuito que no llevará más de cinco minutos, y, tras depositar los fondos deseados, adquirir Cedears.

Los Cedears o Certificados de Depósito Argentinos son instrumentos que equivalen a comprar la acción subyacente que cotiza en el exterior (NYSE: NKE), pero se pueden operar en pesos (BCBA: NKE) y siguen la evolución del dólar CCL, por lo que permiten evadir el riesgo argentino y, a la vez, cubrirse de un eventual salto cambiario.