La semana pasada, el Banco Central Argentino (BCRA) adquirió Letras de Liquidez (Leliq) por un valor de $28.648 millones de pesos (aproximadamente u$s78,9 millones) con una tasa constante del 133% anual. Sin embargo, solo se renovó el 1,5% de estos valores, lo que resulta en un nuevo total de Leliqs de $4,8 billones, marcando la última licitación durante el gobierno de Alberto Fernández.

En cuanto a las anotaciones, se llevaron a cabo a un plazo de 28 días frente a vencimientos por $1,575 billones, lo que significó una reducción significativa de negocios con una liberación de $1,549 billones.

El presidente electo argentino, Javier Milei, ha prometido dolarizar la economía y eliminar el BCRA. Propone un plan de “shock” con la liquidación inmediata de las “Leliq” al considerarlas inflacionarias.

Dentro de la composición de los Pases Pasivos, los relacionados con los Fondos Comunes de Inversión (FCI) podrían haber aumentado en $0,24 billones el martes, según fuentes del mercado. Esto sugiere que las entidades financieras continúan rechazando la entrada de nuevos pesos para colocar en cuentas remuneradas, como destaca el informe.

Según un informe de Econviews, si se elimina el déficit primario, el Banco Central no necesitará emitir más para financiar al Tesoro, lo que resultará en menos pesos excedentes y, por ende, menos necesidad de esterilización.

En este escenario, el desarme de las Leliqs, que era una gran preocupación para el presidente entrante, podría convertirse en un alivio, aunque la atención se centraría en los pases.