¿Vuelta al Liberalismo?

28 septiembre, 2022

Los años ’70 estuvieron caracterizados, para América Latina en su conjunto, por un liberalismo financiero y comercial sin precedentes. Una onda liberalizadora recorre la economía mundial, con sus matices.

En el hemisferio norte, se rechaza el exceso de las regulaciones que pesan sobre la industria bancaria, y se da un rápido crecimiento de la actividad financiera internacional. También es tiempo de la liberalización y de la innovación financiera aquí.

En el hemisferio sur, es el cambio del signo del poder político: del populismo al militarismo, el que caracterizaba esta época y que pretendía la inserción de las economías domésticas en el mundo bajo un esquema liberal. Abogaba por la eliminación en los controles de cambios y por los grandes ingresos de capital. 

El liberalismo en Argentina

La reforma financiera en Argentina de 1977 tiene este contexto. Su principal objetivo fue la liberalización del sistema financiero local. Basándose en la teoría económica neoclásica, la reforma estaba orientada a reducir la participación e intervención del Estado en el sistema financiero, dejando que los mercados locales e internacionales actuasen con la mayor libertad posible.

 Como resultado, el sistema financiero argentino pasó por un proceso de profundas transformaciones desde 1977 hasta la crisis del 2001-2002. Dichas transformaciones tendieron a apoyar el modelo económico centrado en la valorización financiera, resultando en un sistema financiero más concentrado y extranjerizado, con una estructura poco adecuada para acompañar un proceso de desarrollo económico.

Muchos candidatos emergieron en el último tiempo en esta corriente ideológica. Por eso cabe preguntarnos, si acaso no estamos retornando a esta época de la economía e historia argentina. 

El rechazo casi por completo a los sistemas e instituciones del Estado, a la intervención de éste en la economía, la defensa de la actuación de los mercados con total libertad, son algunas de las premisas de esta corriente. Ahora bien, lo que también resta por preguntarnos es si esta ideología cuenta con tanto apoyo: o bien por el cansancio de los poderes políticos tradicionales, y se elegirán simplemente por el denominado “voto castigo”, o si realmente aquellos que elegirán este grupo político es porque se sienten representados, e identificados con estos preceptos.

Es algo que, seguramente, deberemos pensar de cara a las elecciones del 2023.


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